Desde finales del siglo XIX, el vermut empieza a echar raíces en nuestras comarcas hasta convertirse en una de las bebidas tradicionales.
Nota de cata: Color de caramelo fundido con reflejos ámbar. Aromáticamente, aparecen notas balsámicas, anisadas, a hierbas de alta montaña. Al agitarlo se desprenden aromas de especias como la vainilla y el clavo, adquiridos durante la crianza en madera. Fondo de caramelo y frutas pasificadas. En boca se produce una entrada cálida y envolvente, dando paso a un paladar refrescante y de elegante amargor que se mezcla con una sensación dulce muy suave y aterciopelada.
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